Un queloide es una cicatriz hipertrofiada, fibrosa y benigna que se presenta por diferentes causas durante el proceso de cicatrización de una herida. Para que se forme un queloide, es necesario tener una herida que esté en proceso de cicatrización.
Esta herida puede ser causada por acné, una infección, una operación o una cortada que tenga que cerrar. Las complicaciones se presentan principalmente en las personas que tienen tendencia hereditaria para formar cicatrices queloides.
Un queloide se inicia cuando la piel tratada o herida segrega, en exceso, sustancias que se llaman “factor de crecimiento”. Esto provoca el crecimiento tumoral de la cicatriz. Al mismo tiempo el tejido conjuntivo que está bajo la epidermis empieza a reproducirse, para tapar la herida.
En una persona normal, el tejido sólo tapa la herida, sin excesos; pero el queloide indica que el tejido fibroso se produce en exceso. Entonces, comienza a levantar la piel para crear un tumor fibroso, duro, antiestético y muy doloroso cuando está creciendo.
El queloide debe diferenciarse de una cicatriz hipertrófica, que es menos gruesa y deforme. Las cicatrices hipertróficas suelen originarse, por ejemplo, cuando la herida fue por un rasguño de alambre, el paciente tuvo una reacción contra el hilo de la costura de la herida o los “labios” de la misma no se pegaron bien.
En tanto, el queloide es un tumor, grande y rojo, que duele cuando se forma y, posteriormente, toma el color de la piel; nunca es pre-canceroso, pero es antiestético y está totalmente contrindicado removerlo a través de cirugía.
Las cicatrices queloides se presentan secundarias a lesiones de la piel tales como incisiones quirúrgicas, heridas traumáticas, sitios de vacunación, quemaduras, varicela, acné y en ocasiones a raspaduras (laceraciones menores).
La mayoría de los queloides se aplanan y se hacen menos visibles con los años y pueden irritarse debido al roce de la ropa u otras formas de fricción. Los queloides extensos pueden limitar la movilidad, además de causar cambios cosméticos y afectar la apariencia.
Las cicatrices hipertróficas son crecimientos exagerados del tejido cicatricial que se presentan en el sitio de una lesión de piel (formación excesiva de colágeno). Este tipo de cicatrices aunque aumentan de tamaño no invaden más allá del sitio de la lesión, a diferencia de las cicatrices queloides que sí invaden áreas fuera de la lesión.
Las cicatrices hipertróficas son más frecuentes en mujeres jóvenes y en afroamericanos. Cuando se presentan cicatrices hipertróficas múltiples o se repiten, se le conoce como queloidosis.
Las cicatrices hipertróficas se presentan secundarias a lesiones de la piel tales como incisiones quirúrgicas, heridas traumáticas, sitios de vacunación, quemaduras, varicela, acné y en ocasiones a raspaduras (laceraciones menores).
La mayoría de los cicatrices hipertróficas se aplanan y se hacen menos visibles con los años y pueden irritarse debido al roce de la ropa u otras formas de fricción. Las cicatrices hipertróficas extensas pueden limitar la movilidad, además de causar cambios cosméticos y afectar la apariencia.